A problemas complejos soluciones complejas. Para revertir el problema biosférico hace falta actuar en todas las actividades humanas.
La biosfera, sistema que incluye a todos los seres vivientes de nuestro planeta y a su hábitat; literalmente podemos entenderla como "esfera de vida”; lugar donde se desarrolla su ciclo vital: el aire, el agua y el suelo donde desde los organismos más diminutos hasta las imponentes especies de plantas y animales, han encontrado el sustento para sobrevivir.
Biósfera, delgada capa terrestre y refugio de vida, dentro de ella todos los seres vivos de la tierra están relacionados unos con otros y se agrupan en niveles de organización nivel máximo, que comprende el conjunto de todos los organismos vivos y los ambientes en que habitan. El término biósfera incluye, entonces, todos los seres vivos que viven en la hidrósfera, atmósfera y geósfera.
El Perú es un país de una especial diversidad. Nuestra tierra se ha forjado con el desplazamiento del continente hacia el Este, lo que ha determinado que el suelo se levantara a lo largo de las eras geológicas, formando lo que puede verse como tres cadenas montañosas que llamamos los Andes.
Por otra parte, al surgir los Andes a la superficie, dejaron a nuestra disposición minerales que sólo se encuentran con tales concentraciones en unos pocos puntos del planeta. Finalmente, hacia el Este, la Amazonía guarda un delicado equilibrio de sistemas entrelazados, muy frágiles, que sin embargo constituyen el pulmón natural de la humanidad.
El Perú, contra lo que suele decirse, no es un país “naturalmente rico”, sino “naturalmente accidentado”, lo cual determina un paisaje muy difícil, donde no obstante se presentan muchas oportunidades tanto de extraer riqueza, como para herir de muerte a la Tierra, nuestra ancestral Mamapacha, que tanto cuidaron y adoraron nuestros antepasados.
De no existir los Andes, tendríamos un país tropical, como el Brasil. Pero nuestra costa por el contrario, es un extenso y árido desierto, donde la agricultura intensiva y rentable solamente resulta posible con grandes inversiones en sistemas de riego.
De los casi 300 nichos ecológicos que podemos encontrar en el planeta, en nuestro país detectamos unos 200. Tenemos los arenales saharianos, el hielo glacial de los Polos, la campiña mediterránea o la selva amazónica. Pero lo que quizás sea más importante, nuestro mar es atravesado por las Corrientes de Humboldt y del Niño, ambas enfrentadas entre sí.
Cuando el Niño se interna en el sur, los cambios climáticos afectan no solamente a nuestro país, sino a todo el planeta. Hay quien atribuye al meganiño no sólo la caída de la civilización Moche, sino incluso la decadencia de Sumeria. Así de grande es su repercusión.
Los recursos naturales son uno de los grandes soportes del desarrollo económico nacional. Con recursos naturales deteriorados hay pérdida de patrimonio natural y pérdidas económicas regionales, afectando a los sectores de menores recursos de la sociedad.
Los recursos naturales desempeñan un papel cada vez más importante en nuestra vida cotidiana y un gran número de decisiones sobre ellos, dependen hoy del conocimiento y la experiencia acumulados. Su importancia, y su uso se han convertido, muchas veces, en el centro de debates y discusiones entre los miembros de la sociedad peruana.
La mejor utilización de un recurso natural depende del “conocimiento y la conciencia colectiva” debemos equilibrar la producción con la conservación, nuestros recursos naturales también deben ser utilizados por las generaciones futuras.
Son los elementos y fuerzas de la naturaleza que podemos utilizar y aprovechar para mejorar nuestra calidad de vida. Cada región del planeta los tiene en mayor o menor proporción y los utilizan de forma natural o mediante procesos de transformación.
Se organizan en dos ramas: Renovables y No renovables. Se requiere un uso sostenible de los recursos naturales y además se debe garantizar su conservación para las futuras generaciones; creando y difundiendo el conocimiento y la tecnología adecuada para el aprovechamiento sostenible de nuestros recursos naturales, compatible a los modos de vida, aspiraciones y modelos de civilización en la multidiversidad cultural de nuestro país.
Renovables. La naturaleza nos brinda espontáneamente, crecen y se reproducen, podemos usarlos una y otra vez, cuidando siempre su renovación. Fijos: Agua, Energéticas: no convencionales (eólica, solar, mareas) y convencionales (hidroenergía). Semirenovables: Suelo. Variables: La fauna, los bosques y la flora son los principales. Considerados que nunca faltarán, sin embargo en los últimos años han sucedido fenómenos importantes (cambio climático, inundaciones, sequías, lluvias ácidas, deforestación, desertificación, etc.)
No Renovables. Son “recursos finitos”, es decir, que tarde o temprano se acabarán.
Necesitaron muchos años para su formación y en muy poco tiempo los aprovechamos, explotamos y extraemos hasta agotarlos. Mineros: metálicos y no metálicos e Hidrocarburos y otros energéticos (convencionales y no convencionales).
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