El Presidente prochileno Alan García, quiere transmitirnos la idea de que el Ministerio de Medio Ambiente creado en su segundo mandato ha realizado un esfuerzo real por luchar contra quienes agreden de forma tan agresiva nuestros frágiles ecosistemas amazónicos.
Ecosistemas carentes de emprendedurismo en el manejo social de recursos hidrobiologicos marinos, desarrollo de la acuicultura en lagos y lagunas los Andes, y en la gestión de los recursos hidrobiologicos amazónicos; desarrollando la acuicultura con especies nativas, entre otros.
Una vez más asistimos a la violencia con que son tratados nuestros empresarios informales, lo cual contrasta de forma dramática con la manera en que se les trata a las grandes minas, muchas de las cuales están terminando con nuestras especies fluviales, consumen el agua en exceso y dejando sedientos a nuestros agricultores, y hasta reciben a disparos a quien ingrese por error en su territorio, como los antiguos gamonales. Pero contra ellos nunca hemos mandado hombres armados para destruir sus instalaciones.
Para ello ha utilizado al Ministro de Ambiente, como utiliza a todos quienes trabajan en su entorno, poniéndolo en primera fila de una lucha que nunca pasó por el terreno del diálogo y la concertación.
La intervención de la Marina de Guerra del Perú en la destrucción de las dragas de los mineros informales en Madre de Dios, es una nueva muestra del autoritarismo y las ganas de participar en la campaña electoral del actual gobierno.
Las evidentes infracciones que cometen algunas minas, muchas veces quedan en el olvido; y cuando son sancionadas, las multas deben resultar irrisorias para sus accionistas.
En nuestra región de La Libertad, la minería informal está causando un deterioro de nuestro medio ambiente imposible de cuantificar: sus métodos de extracción con mercurio son los más contaminantes, dado que el mercurio es un metal pesado, difícil de eliminar, que permanece en el terreno por décadas y hasta siglos.
Aquí pues estamos incubando en nuestra tierra una nueva Madre de Dios, con niños esclavizados, ajustes de cuentas a balazos, disputas de territorios, y con empresarios vinculados al narcotráfico merodeando entre los yacimientos auríferos. Pero nuestros parlamentarios parecen ajenos al problema, seguramente hasta que estalle.
Y esa es una de las labores que nunca ha comprendido el actual gobierno, hay que actuar con previsión, considerando los factores socioculturales involucrados en el problema. Antes de destruir las dragas, debimos buscar alternativas para los afectados por una medida propia de tiempos de guerra. Dos muertos parecen pocos para los culpables del Baguazo. Pero son demasiados para quienes advertimos que su sangre ha sido derramada por la prepotente torpeza de un gobierno autoritario y sordo.
Una de las claves de la pobre gestión del Ministro Antonio Brack -al punto que puede decirse que llegó al cargo con notable prestigio, para verse sumergido en la maraña de intereses donde las grandes minas siempre ganan-, está en el limitado ámbito de competencias que ha recibido, con las minas fuera de su control, pues dependen del Ministerio de Energía y Minas, más interesado en el crecimiento de los resultados económicos, que en la dramática pérdida de valor de nuestro planeta.
Cuando acepté el desafío de dirigir el INRENA, empezamos a desarrollar uno de los aspectos de la ecología menos conocidos: la ecología rentable. Muchas veces se aprecia como un gasto la inversión en técnicas y métodos ecológicos. Pero hoy en día la empresa ha encontrado fórmulas rentables y sostenibles de crecimiento que pueden aplicarse en un país como el nuestro con una amplia biodiversidad.
No resulta fácil resolver el problema de nuestros mineros informales. Pero hace falta iniciar el diálogo en busca de encontrar un camino que los lleve a la utilización de las técnicas actuales de extracción, así como para el desarrollo de alternativas para nuestros mineros informales, porque de lo contrario, crecerá la tentación totalitaria de terminar con todos ellos por la fuerza.

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